DOS AÑOS DE LA HECATOMBE



Hoy se cumplen 2 años de la famosa cumbre de EEUU en la que se iba a refundar el capitalismo. ¿Os acordáis? Todos los líderes mundiales aparecían como salvadores de la hecatombe económica en la que por su pasividad ante las barbaridades de los bancos, nos habían metido de cabeza, y todavía sufrimos día a día.

Sarkozy, advertía del peligro de una revolución social a nivel mundial si no se llegaba a ningún acuerdo. Creo que está demasiado acostumbrado a que en Francia le monten una guillotina frente a su casa a ritmo de la Marsellesa, y no se da cuenta que el resto del mundo no es así.

No ha pasado nada.

No ha habido refundación del capitalismo. No ha habido acuerdos entre países de ningún tipo. No se ha cambiado el sistema económico mundial. Y sobre todo, no ha habido revolución social de ningún tipo, como auguraba Sarkozy: 

"Esta reunión no debe ser una cita para nada. Y yo no iré para asistir a una cita fallida. Si logramos juntos con todos los responsables políticos de los grandes países industrializados y emergentes definir estas nuevas reglas que necesita la economía global entonces habrá una posibilidad para que de esta crisis salga un mundo mejor".

Nicolas Sarkozy

Pues amigo mío, para mí que te la dieron con queso tanto como tú nos la diste a nosotros. Los banqueros y grandes magnates que salieron de esta crisis más ricos que cuando entraron y se fueron de fiesta tras recibir ayudas de los gobiernos, se rieron de nosotros y con razón. Pueden hacer con nosotros lo que les de la gana, que no vamos a hacer nada. ¿Se ha perdido el activismo eficaz? Porque sin menospreciar a nadie, los antisistema, antiglobalización y greenpeace, vienen a ser los mismos, y su repercusión es mínima. Si la clase media no se mueve, no hay movimiento. ¿Y qué hace falta para que un padre de familia que tiene una casa que mantener, niños que alimentar y teles de plasma que pagar, para que se levante de su hipotecado salón de diseño y se enfrente al sistema? ¿Que lo pierda? No, ni eso, todos conocemos a gente que las han desahuciado y siguen trabajando para poder pagar sus deudas. Lo único que se me ocurre visto las últimas movilizaciones masivas, y es que nos quiten el fútbol o la tele. Ése día, querido Sarkozy, seguro que sí que te creeré cuando digas que habrá una revolución de las clases medias.