No hay una definición exacta para el término ciberguerra, ya que ni siquiera está muy claro que realmente exista ataques informáticos con fines bélicos. Pero podemos definir ciberguerra como precisamente eso, ataques informáticos víricos o no que pretenden causar, destruir o inutilizar maquinarias o sistemas del enemigo, ya sean de suministros, de armamentos,...
A medida que avanza la informática y su uso en los medios técnicos de empresas y ejércitos se van ampliando un abanico de posibilidades para a ciberguerra. Imagina que en lugar de enviar misiles se envían virus que inutilizan los sistemas de navegación de aeronaves. Se bloquean las comunicaciones satélites. Se encriptan los accesos a las cuentas bancarias. O como pasó a finales del pasado año en una central nuclear de Irán y el gusano vírico Stuxnet. Os lo cuento:
El gusano Stuxnet tiene como función infiltrarse, investigar y reprogramar ciertos sistemas de control industrial. Puede por ejemplo hacer que las turbinas se sobrecalienten y hacerlas explotar. Así es, una explosión nuclear de incógnito. Y eso precisamente es lo que intentó hacer en Irán, haciendo que éste retrasara su plan de enriquecimiento de uranio.
El gusano tenía dos ojivas muy diferenciadas, una pretendía atacar las turbinas de la centrales nucleares iraníes haciendo que las partes móviles giraran a diferentes velocidades y conseguir agrietar el rotor pudiendo producir el mismo daño que un ataque aéreo. Y la otra atacar directamente la central eléctrica de Busherer.
Obviamente el atentado surgió o bien de EEUU o bien de Israel (o de ámbos), y a raíz de éste ataque se ha puesto de manifiesto que los daños que pueden realizar este tipo de ataques pueden ser áltamente rentables: riesgo prácticamente nulo, económicamente ínfimo y la identidad del autor puede quedar en el anonimato sin mucho problema.
Así pues en la feria CeBIT de Hannover del pasado 01/03/11 los expertos discutieron la posibilidad de crear un tratado basado en el convenio de Ginebra que se usó para la segunda guerra mundial, en el que se establecían unos parámetros de respeto. Lo que se pactaría sería unos actos máximos de ataque y mínimos de respeto para en caso de ataque bélico hacerlo para que afectase al menor número de ciudadanos posibles. El convenio de Ginebra como sabréis, entre otras cosas limitaba el trato a los enemigos capturados y los ataques a la población civil, y ha sido respetado por la mayoría de los países en la mayoría de los casos.
Algún día, las guerras no dependerán de las armas que se tengan, sino de la seguridad de los sistemas. Y espero se realice y se cumpla el tratado, no me gustaría levantarme y encontrarme que mi cuenta bancaria está a cero... aunque si me elimina la hipoteca, adelante hackers.
A medida que avanza la informática y su uso en los medios técnicos de empresas y ejércitos se van ampliando un abanico de posibilidades para a ciberguerra. Imagina que en lugar de enviar misiles se envían virus que inutilizan los sistemas de navegación de aeronaves. Se bloquean las comunicaciones satélites. Se encriptan los accesos a las cuentas bancarias. O como pasó a finales del pasado año en una central nuclear de Irán y el gusano vírico Stuxnet. Os lo cuento:
El gusano Stuxnet tiene como función infiltrarse, investigar y reprogramar ciertos sistemas de control industrial. Puede por ejemplo hacer que las turbinas se sobrecalienten y hacerlas explotar. Así es, una explosión nuclear de incógnito. Y eso precisamente es lo que intentó hacer en Irán, haciendo que éste retrasara su plan de enriquecimiento de uranio.
El gusano tenía dos ojivas muy diferenciadas, una pretendía atacar las turbinas de la centrales nucleares iraníes haciendo que las partes móviles giraran a diferentes velocidades y conseguir agrietar el rotor pudiendo producir el mismo daño que un ataque aéreo. Y la otra atacar directamente la central eléctrica de Busherer.
Obviamente el atentado surgió o bien de EEUU o bien de Israel (o de ámbos), y a raíz de éste ataque se ha puesto de manifiesto que los daños que pueden realizar este tipo de ataques pueden ser áltamente rentables: riesgo prácticamente nulo, económicamente ínfimo y la identidad del autor puede quedar en el anonimato sin mucho problema.
Así pues en la feria CeBIT de Hannover del pasado 01/03/11 los expertos discutieron la posibilidad de crear un tratado basado en el convenio de Ginebra que se usó para la segunda guerra mundial, en el que se establecían unos parámetros de respeto. Lo que se pactaría sería unos actos máximos de ataque y mínimos de respeto para en caso de ataque bélico hacerlo para que afectase al menor número de ciudadanos posibles. El convenio de Ginebra como sabréis, entre otras cosas limitaba el trato a los enemigos capturados y los ataques a la población civil, y ha sido respetado por la mayoría de los países en la mayoría de los casos.
Algún día, las guerras no dependerán de las armas que se tengan, sino de la seguridad de los sistemas. Y espero se realice y se cumpla el tratado, no me gustaría levantarme y encontrarme que mi cuenta bancaria está a cero... aunque si me elimina la hipoteca, adelante hackers.
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